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Nuestros médicos invitan a vacunarse contra el COVID-19

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Manual de comunicación en crisis durante la gestión del riesgo de desastres PDF
Consentimiento informado para la aplicación de la vacuna contra el SARS-CoV-2/COVID-19 PDF
Comunicado de Prensa 1 de 2021 sobre Vacunas COVID19 PDF

Abecé de la Vacunación Contra el Covid-19

Actualmente están en estudio varias opciones de vacunas contra la COVID19 a nivel mundial, las cuales se encuentran en desarrollo en fase clínica y preclínica. Esta información se encuentra en actualización permanente y puede ser consultarla en la página de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el siguiente enlace https://www.who.int/who-documents-detail/draft-landscape-of-covid-19-candidate-vaccines.

A diciembre del 2020, algunas vacunas contra la COVID-19 han recibido autorización de uso de emergencia en países específicos y cuentan con aprobación de las Autoridades Regulatorias como la FDA para EEUU y la EMA para Europa. Sin embargo, no existen vacunas contra la COVID-19 con aprobación reglamentaria a nivel mundial para su uso generalizado en la población.

Todas las vacunas pasan por diferentes etapas de estudio antes de que puedan ser aprobadas para su uso en la población. Las etapas del estudio tienen como objetivo garantizar la seguridad y la capacidad de la vacuna para proteger contra la enfermedad (eficacia), así como otras cuestiones como los grupos de población en los que se puede administrar la vacuna, el número de dosis necesarias y el intervalo entre dosis.

La primera etapa es la de exploración y en ella se desarrolla la investigación básica de laboratorio. A menudo dura de 2 a 4 años. Posteriormente se avanza a la etapa preclínica, en la cual se usan sistemas de cultivos de tejidos o de células y pruebas en animales para evaluar la seguridad de la vacuna candidata y su capacidad inmunogénica (o capacidad de provocar una respuesta inmunológica).

Muchas vacunas candidatas no van más allá de esta etapa debido a que no pueden generar la respuesta inmunológica deseada. A menudo, las etapas preclínicas duran de 1 a 2 años y por lo general involucran a investigadores de la industria privada.

La siguiente etapa es la de estudios clínicos con humanos y se divide en tres fases. En el primer intento por evaluar la vacuna candidata en humanos involucra a un pequeño grupo de adultos, de entre 20 a 80 por lo general. Las metas de las pruebas de fase I son evaluar la seguridad de la vacuna candidata y determinar el tipo y el alcance de la respuesta inmunológica que provoca la vacuna. Un ensayo prometedor de fase I avanzará a la siguiente etapa.

Un grupo más grande de varios cientos de personas participa en las pruebas de fase II. Algunas de las personas pueden pertenecer a grupos en riesgo de contraer la enfermedad; los ensayos son aleatorios y bien controlados, e incluyen a un grupo de placebo. Las metas aquí son estudiar la vacuna candidata en cuanto a su seguridad, capacidad inmunógena, dosis propuestas, programa de vacunación y método de aplicación.

Así avanzan a ensayos más grandes a gran escala en poblaciones donde es endémica la enfermedad (más frecuente) e involucran a miles de personas.

Las pruebas de fase III son aleatorias y doble ciego, e involucran la vacuna experimental que se prueba contra un placebo (el placebo puede ser una solución salina, una vacuna para otra enfermedad o alguna otra sustancia).

Después de tener éxito en todo este proceso, el creador de la vacuna enviará una solicitud de autorización oficial para productos biológicos. Luego de emitir la autorización oficial, se vigilará la producción de la vacuna, incluyendo las instalaciones de inspección y revisará las pruebas que hace el fabricante a lotes de vacunas en cuanto a capacidad para obtener el efecto deseado, seguridad y pureza.

La OMS ha proporcionado orientación sobre la eficacia preferida y mínima que las vacunas contra el COVID-19, así:

  • Preferida: Por lo menos 70% de eficacia en la población base con resultados consistentes en adultos mayores.
  • Mínima: Idealmente con una estimación del ˜50% y con demostración clara de eficacia en la población base.

El Ministerio de Salud y Protección Social dispondrá de las bases de datos de la población objeto de la vacunación, con el fin de que se realice la identificación, asignación de la cita de vacunación y seguimiento a la vacunación en las IPS asignadas para cada individuo, por parte de las EAPB y las entidades territoriales. Las aseguradoras y entidades territoriales deberán realizar seguimiento y confirmación de la cita de vacunación a los usuarios, con el fin de garantizar el acceso y el cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias para la prevención del contagio durante la estrategia de vacunación.

Actualmente está en desarrollo un enlace de acceso en el portal del Ministerio, en el cual cualquier persona podrá ingresar y a través de su número de identificación verificar la fase y etapa en la cual se encuentra para recibir su vacuna contra la Covid19 y en caso de no encontrase registrado podrá postularse informando los criterios para la priorización, los cuales serán verificados y confirmados por el asegurador.

La vacunación será mediante una ruta de vacunación

  • Las EAPB deben asignar a cada usuario asegurado la IPS vacunadora en el municipio de residencia y cercana a la vivienda de manera de garantizar el acceso oportuno a la vacunación. De igual manera las entidades territoriales en la competencia de responsable de la salud de la población pobre no asegurada, asignará la IPS vacunadora bajo las mismas condiciones de los aseguradores.
  • Las EAPB y ET entregaran las bases de la población asignada a cada IPS con el fin de iniciar el procedimiento de agendamiento de la cita de vacunación y búsqueda de la población priorizada.
  • Las IPS reciben las bases e inician el agendamiento de la cita, teniendo en cuenta la estrategia de vacunación definida en cada etapa. Durante la estrategia de vacunación no se convocará masivamente a la población con el fin de evitar aglomeraciones, en ese sentido se hace necesario que se establezcan citas por parte de las instituciones prestadoras del servicio de vacunación. Para los profesionales de la salud, esta vacunación se realizará directamente en las clínicas y hospitales con equipos móviles de acuerdo con la estrategia establecida por el territorio.
  • Las IPS deben informar a cada EAPB y entidad territorial la cita asignada de manera que se actualice por parte de los aseguradores la plataforma y permita la consulta individual de la población, encontrando en ella, la fase y etapa de vacunación en la que se encuentra, así como el lugar fecha y hora de cita para la aplicación de la vacuna.
  • Una vez incluidos los datos en la plataforma MIVACUNA COVID19, la población puede realizar la consulta a través de las líneas de atención, página web y acceder al ABECÉ de la vacunación Covid-19. Si cumple con criterios para la vacunación revisa y recuerda la cita asignada por la IPS, accede al consentimiento informado el cual debe presentar en el momento de la vacunación y asiste de manera puntual a la vacunación.
  • En caso de no encontrarse en la consulta de la plataforma se puede postular, diligenciando los criterios de priorización a los que aplique, los cuales serán verificados y confirmados por la EAPB, quien actualizara la información ante el Ministerio de Salud y Protección Social.
  • Vacunación, cumpliendo estrictas condiciones de bioseguridad en puestos fijos o móviles de acuerdo con la programación previamente realizada con base en los Lineamientos generales para el programa ampliado de inmunizaciones (PAI) en el contexto de la pandemia de COVID-19. Colombia 2020 disponibles en: https://www.minsalud.gov.co/Ministerio/Institucional/Procesos%20y%20procedimientos/GIPS15.pdf. En este paso se realizará la verificación de requisitos y que el usuario se encuentre en la fase y etapa establecida y el procedimiento se realizará de acuerdo con las indicaciones técnicas recomendadas por los fabricantes, entre ellas la posología indicada.
  • Explicar el procedimiento y firmar del consentimiento informado: Se entregará información sobre la vacuna, indicaciones de cuidado y eventos adversos esperados, se solicitará la firma del consentimiento informado para la administración de la vacuna.
  • Registro y agendamiento de cita: Se utilizará el aplicativo PAIWEB para el registro nominal de las personas vacunadas y de identificación de la vacuna aplicada. Asimismo, se realizará el agendamiento y programación de la segunda dosis.
  • Diseñar, implementar y evaluar estrategias de educación y comunicación para la salud desde un enfoque intercultural y étnico, que permita a los diferentes grupos conocer las ventajas de la vacunación, aclarar mitos, falsas creencias y conocimiento de cuidados adecuados pos-vacunación, entre otros.
  • De acuerdo con la dinámica territorial, es importante que estas estrategias se construyan de forma concertada con los líderes indígenas o sabedores ancestrales, autoridades y comunidades indígenas.
  • Establecer alianzas estratégicas para la formación de voluntarios o líderes comunitarios que permitan vincular a organizaciones sociales, comunitarias, religiosas, étnicas, entre otras, al proceso de planeación y ejecución de las estrategias y tácticas implementadas.
  • Establecer estrategias de información en salud, relacionada con la demanda inducida e intensificar estas estrategias durante los meses de la vacunación programadas.
  • Sensibilizar a cerca de las ventajas de la vacunación, aclarar mitos, falsas creencias y conocimiento de cuidados adecuados pos-vacunación, entre otros.

El consentimiento informado es un documento a través del cual se informa al usuario sobre el procedimiento que se le va a realizar, así como de los riesgos, beneficios y alternativas. Este proceso de información y comprensión culmina con la firma del formulario escrito de consentimiento informado, un documento donde el paciente autoriza la realización de la atención en salud.

El consentimiento debe de ser firmado de forma consciente y voluntaria por el usuario, que puede aceptarlo o bien rechazarlo. El objetivo es que éste pueda tomar las decisiones referentes a su salud de acuerdo con su libre y propia voluntad.

  • El acto de llegar al punto de vacunación es indicativo de consentimiento. Vale la pena mencionar que ningún documento de OMS/OPS manda o requiere la aplicación de un consentimiento informado. Regulares o intensivas. (campañas).
  • La solicitud de un consentimiento tiene potencialmente más efectos negativos que positivos, la solicitud refuerza la noción, que las vacunas no son seguras, genera falta de confianza en los programas de vacunación y finalmente causa reducción de los programas vacunales.

Si se puede, esto quiere decir firmar en caso de no aceptar la vacunación.

En este momento no hay suficiente información disponible como para afirmar si una persona que estuvo infectada no volverá a infectarse o por cuánto tiempo estará protegida contra el COVID-19; esto se llama inmunidad natural. La evidencia sugiere que es probable que la inmunidad natural contra la COVID-19 no dure demasiado, pero se necesitan más estudios para entender mejor esto. El CDC no puede opinar acerca de si las personas que tuvieron COVID-19 deberían vacunarse contra el COVID-19, no obstante, considera que este grupo de personas no debe ser prioritario.

No es obligatorio vacunarse, existe un principio llamado ‘dignidad humana’ con el que las personas se pueden negar a realizar un procedimiento médico. En este sentido, no será obligatoria la aplicación de la vacuna en el país y cada persona tendrá la potestad de decidir si aplicársela o no.

No. El tapabocas y la distancia social seguirán estando recomendadas luego de que la gente se haya inmunizado. Algunas de las vacunas actuales contra coronavirus requieren dos dosis, se espera que quienes se la pongan adquieran cierto nivel de protección un par de semanas después de la primera inyección. Pero es posible que la protección total llegue hasta dos semanas después de la segunda.

El país tiene elaborado un censo que identifica a las personas adultas mayores y será a través de sus respectiva EPS quienes los contactarán para la programación de la vacunación contra Covid-19.

La vacunación puede desencadenar en los siguientes 3 a 5 días posteriores a la vacunación dolor de cabeza (cefalea), dolor en las articulaciones (artralgia), dolor muscular (mialgia), fatiga, resfriado; fiebre (pirexias); en los siguientes 7 días y con alguna frecuencia enrojecimiento en el lugar de la inyección, inflamación de los ganglios (linfadenopatía) y poco frecuente malestar general.

Las vacunas se conservarán en las condiciones de temperatura definidas por cada fabricante. El país viene adelantando la planeación de la logística para garantizarla temperatura en ultracongelación con la adquisición de ultra congeladores en los territorios priorizados. Cabe resaltar que el país cuenta con una amplia experiencia en logística y cadena de frio de vacunas refrigeradas a temperaturas de +2C a +8C, la cual continuara utilizando para las vacunas contra la Covid que requieran la conservación a estas temperaturas.

La vacunación en Colombia se ha elaborado por criterios de priorización de acuerdo con las siguientes etapas.

En 2021 comenzará a distribuirse y aplicarse la vacuna contra el COVID-19 en Colombia. No obstante, dichas dosis no llegarán simultáneamente por lo que el proceso de vacunación se hará gradual. La cadena de suministro dispondrá los biológicos de acuerdo con la llegada al país de las mismas. Por esto, se hace necesario dividir en 5 etapas la aplicación de las vacunas para el 2021. La primera fase, que obedece a los objetivos primarios, contempla las etapas 1, 2 y 3. Con estas, se prioriza la reducción de la mortalidad específica y el número de casos graves que requieren atención sanitaria de mayor complejidad. Con las etapas 1 y 2 (que se planean muy próximas en el tiempo), se cubriría la población mayor de 60 años y el talento humano en salud, con prerrogativa de la primera línea de atención.

Con el apoyo de la OPS, los países de las Américas están trabajando para fortalecer y desarrollar sistemas de vigilancia para identificar y responder rápidamente a cualquier evento supuestamente atribuible a la vacunación o inmunización (ESAVI). Se trata de un proceso de rutina cuando se introduce cualquier vacuna nueva en los programas nacionales de inmunización para vigilar su seguridad y efectividad.

Combatir mitos sobre las vacunas contra la COVID-19

La seguridad de las vacunas es siempre la máxima prioridad, y esto no es diferente para las vacunas contra la COVID-19 que se están desarrollando. Todas las vacunas pasan por tres fases diferentes de estudio (o ensayo clínico) antes de que puedan ser aprobadas para su uso en la población. Las fases tienen por objetivo garantizar la seguridad y la capacidad de la vacuna para proteger contra la enfermedad (eficacia), así como otras cuestiones relacionadas con ella, incluidas cuántas dosis se necesitan y cuándo deben administrarse.

Las vacunas que se están desarrollando contra la COVID-19 están siguiendo estas mismas fases, pero en algunos casos las fases se solapan o aceleran cuando se dispone de información suficiente. Una vez que las vacunas contra la COVID-19 se aprueban para su uso en la población general, el monitoreo de la seguridad continúa. Este seguimiento es un componente habitual de los programas de inmunización y se realiza con todas las vacunas.

Es cierto que las vacunas contra la COVID-19 se han desarrollado más rápido que cualquier otra vacuna, pero todas las vacunas candidatas contra la COVID-19 están pasando por los mismos ensayos clínicos —en los que la seguridad y la eficacia son prioritarias— que las demás vacunas. Debido a que la COVID-19 ha afectado al mundo entero, ha habido una colaboración global y un incremento en el financiamiento público sin precedentes que ha permitido que las vacunas contra la COVID-19 se desarrollen con más rapidez.

Además, el virus que causa la COVID-19 no es el primer coronavirus que causa una epidemia. Numerosos científicos han estado trabajando en vacunas contra otros coronavirus desde las epidemias de SARS y MERS, lo que les ha ofrecido una ventaja inicial en el proceso de desarrollo de las vacunas. Lo que, es más, la tecnología usada para las vacunas de ARN mensajero se empezó a desarrollar hace más de diez años.

Aunque las vacunas contra la COVID-19 son las primeras vacunas de ARN mensajero que se aprueban, no son las primeras que se han ensayado con humanos. Las vacunas de ARN mensajero proporcionan “instrucciones” para que nuestras células produzcan la proteína que se encuentra en la superficie del virus que causa la COVID-19. Las células que crean esa proteína no hacen que enfermemos, sino que ayudan a que el cuerpo produzca una respuesta inmunitaria similar a la que ocurre en las infecciones naturales. El ARN mensajero nunca entra en el núcleo de la célula, donde se encuentra nuestro ADN, por lo que la vacuna no entra en contacto con el ADN.

La tecnología ARN mensajero también tiene otros usos médicos; por ejemplo, es un tratamiento habitual contra el cáncer.

La seguridad es uno de los objetivos principales de los ensayos clínicos de vacunas. Cuando un participante en un ensayo presenta una enfermedad inexplicable, la cual puede o no estar relacionada con la vacuna que se está evaluando, es normal investigar. Es habitual suspender de manera temporal los ensayos clínicos de vacunas, mientras los científicos siguen recabando información. Esto demuestra que tanto los fabricantes como los científicos están haciendo todo lo posible para asegurar que la vacuna sea segura y eficaz.

Las vacunas contra la COVID-19 ayudan al sistema inmunitario a identificar y a combatir el virus. La vacuna no debilita o sobrecarga el cuerpo, ni hará que caigamos enfermos. Algunas personas pueden experimentar efectos secundarios leves como dolor en el lugar de la inyección, dolores musculares o fiebre, pero estos desaparecen rápidamente. Estos efectos secundarios son el resultado de la respuesta del sistema inmunitario a la vacuna y no son un signo de que se haya contraído la enfermedad.

Será necesario seguir usando mascarillas, mantener la distancia física y lavarse las manos con frecuencia, incluso después de que se aprueben y empiecen a administrar las vacunas contra la COVID-19. Tomará bastante tiempo producir suficientes dosis y distribuirlas ampliamente para que podamos parar la transmisión del virus. Una vez que las vacunas estén disponibles, se estima que más de dos tercios de la población deberán estar vacunados hasta que podamos alcanzar la inmunidad colectiva y detener la enfermedad.

Cuando se introduzca la vacuna contra la COVID-19, la demanda será muy alta y la oferta baja. En consecuencia, las vacunas se introducirán por etapas, y los países deben determinar qué grupos de población se encontrarán entre los primeros en ser vacunados. Incluso cuando empiece la vacunación, seguirá siendo necesario mantener la distancia física, utilizar mascarillas y practicar una higiene correcta para detener la propagación del virus y ayudar a salvar vidas.

La disponibilidad de vacunas eficaces contra la COVID-19 será uno de los elementos esenciales para proteger a las personas de la enfermedad y asegurar que las sociedades puedan seguir funcionando. La vacuna creará inmunidad sin los efectos nocivos asociados a la COVID-19.

Permitir que la enfermedad se extienda hasta alcanzar la inmunidad colectiva o de grupo podría causar millones de muertes y que más personas vivan con los efectos a largo plazo del virus.

Todavía queda mucho por descubrir sobre la COVID-19. La inmunidad que alguien adquiere después de padecer la COVID-19 puede variar de una persona a otra y no hay suficientes datos en este momento para conocer el nivel de protección ni la duración de esta inmunidad natural. Dado que la COVID-19 puede acarrear riesgos graves para la salud y existe la posibilidad de reinfección, la recomendación general es vacunarse cuando sea posible, tras consultar a su médico.

Las vacunas solamente se usan para proteger a las personas de enfermedades que pueden enfermarte o causar la muerte. Los microchips nunca se han usado en las vacunas y no son parte de las vacunas contra la COVID-19.

Ninguna vacuna, incluidas las vacunas contra la COVID-19, se desarrollan o ensayan con tejidos de fetos humanos abortados ni los contienen.

Las fases de los ensayos clínicos de las vacunas que han recibido autorización para uso de emergencia han demostrado que recibir la vacuna no afecta la fertilidad; es más, algunas participantes en los estudios clínicos se quedaron embarazadas durante el estudio. Ninguna vacuna de la que se sospeche que puede afectar la capacidad de una persona para concebir ha sido o será aprobada.

Para más información, consulte los enlaces siguientes:

Organización Panamericana de la Salud: Vacunas contra la COVID-19.

Organización Mundial de la Salud: Vacunas contra la COVID-19.

OPS/FPL/IM/COVID-19/21-0006

© Organización Panamericana de la Salud, 2021. Algunos derechos reservados. Esta obra está disponible en virtud de la licencia CC BY-NC-SA 3.0 IGO.